Cada 4 de febrero, el Día Mundial contra el Cáncer nos invita a reflexionar sobre una de las mayores amenazas a la salud global, pero también sobre la fortaleza colectiva que podemos construir para enfrentarla. Las cifras impactan. Según datos de la Organización Panamericana de la Salud, a nivel mundial se registraron 19,9 millones de nuevos casos de cáncer y alrededor de 10 millones de muertes relacionadas con esta enfermedad. Además, se espera que para 2044 la carga mundial alcance los 30 millones de nuevos casos anuales, con un gran impacto en los países de ingresos bajos y medianos.
En esta ocasión no solo debemos reflexionar sobre el impacto de esta enfermedad, que afecta cada vez a más personas en el mundo, sino también sobre su estrecha relación con otra gran amenaza para la salud global: las enfermedades cardiovasculares. Ambas patologías comparten factores de riesgo comunes y suelen aparecer con más frecuencia a medida que envejecemos.
Los tratamientos oncológicos pueden tener efectos secundarios en el sistema cardiovascular, ya que algunos fármacos atacan células tumorales pero también afectan tejidos del corazón. A esto se suma el hecho de que la mayoría de los pacientes con cáncer tiene más de 65 años, una etapa de mayor vulnerabilidad frente a las enfermedades cardiovasculares. Por eso, la colaboración entre oncólogos, cardiólogos y otros especialistas es crucial para garantizar el mejor tratamiento con el menor número de complicaciones posibles.
Promover la salud del corazón no solo beneficia a quienes enfrentan el cáncer, sino que también ayuda a reducir el riesgo de desarrollar ambas enfermedades. La prevención, en este contexto, no es solo una recomendación: es una necesidad. Fomentar un estilo de vida saludable, el control del peso, la actividad física y la eliminación del tabaquismo son acciones que salvan vidas, tanto desde la perspectiva oncológica como cardiovascular.
Por eso, en este Día, hacemos un llamado a la conciencia colectiva. No solo es importante avanzar en tratamientos más específicos y menos tóxicos, sino también educar sobre la importancia de cuidar el corazón como parte integral del tratamiento oncológico. En nuestra Sociedad Chilena de Cardiologia y Cirugia Cardiovascular los departamentos de Cardio-Oncologia y de Prevención desarrollan permanentemente actividades y proyectos orientados precisamente en esa dirección.